Las criptomonedas y la inclusión financiera parecen ir de la mano, ¿verdad? Pero aquí está el problema: cuando el cripto entra en la ecuación, las cosas pueden volverse confusas. Sí, los activos digitales pueden ayudar a los no bancarizados y subbancarizados, pero también corren el riesgo de hacer que la brecha de riqueza en los mercados emergentes sea aún mayor. Vamos a desglosar la situación.
La Doble Espada del Cripto
Las monedas digitales, las tecnologías blockchain y todo eso pueden ser increíblemente útiles en lugares donde la banca tradicional no llega. Estamos hablando de dar acceso a la inversión y a servicios financieros a quienes antes no tenían ninguna oportunidad. Suena genial, ¿no? Podría ofrecer a las personas en estas regiones una oportunidad de prosperar sin tener que depender únicamente del dólar. Pero espera, un obstáculo en el camino: los beneficios podrían ir principalmente a quienes ya están conectados. Si tienes internet, conocimiento y educación, estarás bien. ¿El otro grupo? No tanto. Entonces, ¿cerramos la brecha o la ampliamos?
Los Ricos Se Hacen Más Ricos
Los ricos y bien conectados tienen sus dedos en todo tipo de ollas de inversión—fondos de cobertura, activos alternativos, lo que sea—mientras que las personas comunes suelen tener que conformarse con oportunidades mucho menos lucrativas. ¿El resultado? Una brecha de riqueza que solo se hace más grande porque los ricos se están haciendo más ricos. En los mercados emergentes, la brecha digital existente solo empeora las cosas. A menos que haya un esfuerzo serio por educar y construir infraestructura, democratizar la inversión en activos digitales podría servir a los pocos privilegiados que ya existen.
¿Qué Pueden Hacer las Startups?
Startups fintech, es su turno. Ustedes tienen el control para ayudar a garantizar que esta oportunidad de inversión digital sea un campo de juego nivelado. Aquí hay algunas cosas que podrían intentar:
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Alcanzar a las personas desatendidas. Es hora de sacudir a los bancos tradicionales y llegar a esas comunidades que han sido dejadas atrás.
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Trabajar con quienes ya tienen un pie en el campo. Colaborar con bancos o empresas fintech experimentadas puede ayudar a potenciar su esfuerzo y generar confianza con los consumidores.
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Hacer oír su voz. Presionar por leyes más claras, reguladas y amigables con la innovación puede abrir avenidas para la inversión.
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¡Tecnología al poder! La IA puede personalizar productos/experiencias de los clientes y agilizar las evaluaciones de riesgo.
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Mantener al cliente a la vista. La flexibilidad de una startup significa que puedes refinar constantemente tus ofertas para una audiencia diversa.
Ejemplos del Mundo Real
Mira la historia de una startup nigeriana que utiliza OneSafe para pagos globales—y adivina qué—integraron stablecoins para ayudar a los freelancers en sus plataformas. Esto no solo les da a las personas un valor estable en países asolados por la hiperinflación, sino que también protege a los trabajadores de bajos ingresos de la rápida depreciación del dinero.
Conclusión: ¿Cerrando Brechas o Ampliándolas?
La democratización de los activos digitales es una espada de doble filo en los mercados emergentes. Pueden ayudar, pero también corren el riesgo de añadir a la desigualdad de riqueza. Para que esto funcione, mejor empiecen a abordar las brechas en acceso y educación. Si lo hacen, genial. Si no, vamos a tener un problema. ¿Crees que las startups fintech pueden liderar el camino hacia la inclusión?






